Mediaciones pedagógicas virtuales y presenciales para la promoción de estilos de vida saludable. Involucrando a las familias en tiempo de pandemia
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Cortés Munera, Claudia Milena | 2021-11-18
La pandemia Covid-19 ha puesto a la luz las conocidas desigualdades educativas, se hizo necesario cancelar las clases presenciales dando paso a la virtualidad que a su vez trae consigo diferentes consecuencias que han marcado los servicios educativos, donde no se es garante de derechos, ni de aprendizajes óptimos en muchas ocasiones para todo el estudiantado, es así como la educación pasa de ser un derecho, a convertirse en un privilegio para quienes tienen la posibilidad de acceder a estas nuevas medidas digitales. Se necesita replantear la escuela para enfrentar las carencias del presente y los sucesos del futuro. (Zamora, 2020). Esto hace que en la actualidad se enfrenten a un estado crítico de una sociedad desescolarizada que no se percata de las condiciones del profesorado y las familias para darle continuidad de las técnicas de saber-educación, no solo teniendo en cuenta los recursos físicos sino la poca preparación de los docentes y las dificultades de acompañamiento por parte de las familias en especial en tiempos de pandemia donde los estilos de vida se vieron forzados a cambios en sus rutinas afectando las actividades físicas por fuera de casa, la alimentación, la recreación, el sueño, la interacción con otras personas fuera del hogar, las dinámicas escolares y laborales de las familias en el mundo, dejando como consecuencia cambios desfavorables a la
salud. Por lo anterior, se puede deducir que una buena salud obedece a hábitos adecuados que permitan una armonía entre lo corporal y lo intelectual, además que la calidad de vida depende del bienestar del ser humano y los centros educativos infantiles están llamados a promover la actividad física, el autocuidado, la prevención de enfermedades que pueden ir aumentando con el paso de los años, la sana alimentación que sea apta y balanceada para la edad, el peso y la estatura de los individuos. En este sentido, también es necesario implementar una apropiada rutina de higiene y aseo corporal, además de procurar convivir en un ambiente sano, brindándole al niño y la niña un amplio conocimiento sobre las necesidades fisiológicas que tiene su cuerpo, por lo tanto, todo esto se debe complementar con el acompañamiento del hogar y el fortalecimiento de los buenos hábitos en todos los ámbitos de su vida. “En cuanto a la nutrición (Frontera., Cabezuelo, 2004) plantearon que la alimentación es tan esencial para la vida humana, que es necesario una educación del niño y del adulto en los
hábitos alimentarios saludables como parte esencial en la prevención de muchas enfermedades”. Por consiguiente, es dentro de la familia que se educa al niño para que haya una alimentación acorde que ayude a potenciar su evolución es de vital importancia que los niños y niñas construyan estos hábitos desde temprana edad, en los jardines infantiles y escuelas, también se trabaja la educación alimentaria como fomento de bases solidad en las demás etapas, teniendo gran peso factores externos como familiares, avisos publicitarios que incentiven al consumismo. Al mismo tiempo, los nuevos hábitos de consumo de comida que requiera poco tiempo al estar, la ingesta de jugos de caja y botellas, comidas que no son propiamente de la casa son las que hacen que no haya una dieta balanceada porque faltan algunos nutrientes. Según la Dra. Mayra Ojeda del Valle (s.f), la optimización del desarrollo del niño desde las edades más
tempranas supone la necesidad de buscar formas organizativas y de dirección de todas sus actividades propiciando que estimulen al máximo todas sus potencialidades y garanticen su estado de salud. Los maestros juegan un rol importante como agentes de cambio del estilo de vida, principalmente durante edades tempranas (3-5 años), mediante la implementación de programas de educación en salud integral (dieta, ejercicio, conocimiento del cuerpo humano y manejo de las emociones). Hernández, E., Severiche , D., Romero, D., López, M., Espitia, V., & Rodríguez, A. (2015). Es importante que desde los centros educativos infantiles se promuevan los hábitos saludables, por medio de actividades lúdicas que involucren a padres y cuidadores, ya que ellos son los referentes principales para la construcción de rutinas de los niños y niñas en su vida cotidiana. En consecuencia, el preescolar integra una etapa decisiva en el proceso de evolución del niño, porque allí se estructuran las bases fundamentales del desarrollo, de la personalidad, el estado de salud, el grado de adaptación al medio y algunos mecanismos fisiológicos que inciden en el pensamiento físico. Existen factores que afectan de manera directa que los niños no tengan una vida con hábitos saludables como lo son: el estrato socioeconómico, el nivel educativo, el desempleo, los ingresos y el sedentarismo, estos son algunos elementos que desencadenan una alimentación poco acorde en los niños y niñas. El costo puede expresar el porqué de la elección de alimentos, donde las familias que reciben un alto ingreso y tienen un nivel más elevado se les hace más fácil conseguir de forma contraria, no es lo mismo para las familias que reciben menos ingresos dado que, se deben de limitar a ciertos alimentos. Como consecuencia de ello, la alimentación no es la misma en los niños de un factor socioeconómico alto, al de un niño de factor socioeconómico bajo, allí la alimentación se ve afectada por dichos aspectos, mientras los niños con mayor posibilidad se nutren de cereales integrales, carnes, pescado, productos bajos en grasa, vegetales y frutas frescas, los niños con menos ingresos se nutren de harinas refinadas, grasas saturadas y es menor el consumo de proteínas. Acogiendo esta idea, se destaca que desde el contexto educativo se involucre de manera directa a los padres de familia y cuidadores de los niños y niñas en donde se logre desarrollar planes de estudio efectivos donde puedan compartir recetas o comidas tradicionales de sus propias culturas de manera creativa, esto ayuda a despertar el interés en los niños y sus familias para aprender y practicar hábitos saludables para su vida cotidiana. Se puede comprobar el nivel que tiene el fortalecimiento de los hábitos de vida saludable, mucho más en este momento en el cual, estos hábitos se han modificado y que al regresar al aula de clases no se debe continuar con las mismas mediaciones, estas deben renovarse, puesto que será una realidad en la cual las herramientas TIC estarán más incorporadas en las vidas de los niños y niñas con actividades extracurriculares, lo que debe pensarse en pro de una comunicación y apoyo más fuerte en donde prime los temas de autocuidado y el cuidado por los demás como punto clave.
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