La inteligencia emocional, como habilidad esencial en los escenarios educativos mediada por el diseño universal de aprendizaje

Abstract

Nuestro proyecto tiene como propósito fundamental, la inteligencia emocional, donde se piensa que la educación emocional es el proceso que permite reconocer valores y aclarar conceptos, para crear habilidades y actitudes necesarias que permitan comprender y apreciar la relación mutua entre el hombre, su cultura y demás miembros que se encuentran en su entorno. De igual forma, el manejo de los sentimientos y las emociones incluye dentro de su regulación la toma de decisiones, y el establecimiento de comportamientos para formular un código de actuaciones respecto a las diferencias con las demás personas, debido a que esta debe encaminar al individuo a su formación en valores. Desde la inteligencia emocional, se despliega la capacidad para impulsar iniciativas, dejar que afloren nuestras más elevadas virtudes vinculadas con la empatía al cambio y la adaptabilidad, en función de las cuales orientan nuestra práctica docente, explorando nuevas alternativas no sólo para acercar al saber sino para hacer del acompañamiento un proceso cercano en el que los lazos afectivos permitan impactos, tanto positivos como recíprocos. En otras palabras, con la aparición del Covid-19 los cimientos que sustentaban nuestra estabilidad social, individual y educativa se vieron trastocados significativamente. El pedagogo y psicólogo español Rafael Bisquerra, fue parte fundamental para el desarrollo de nuestro proyecto, donde se abordaron diferentes micro competencias las cuales son: conciencia emocional, regulación emocional, habilidades sociales y autonomía emocional; dado que, ha realizado proyectos de investigación en relación a la educación emocional y su importancia durante las diferentes etapas del ciclo vital. De esta manera se aborda el tema de la inteligencia emocional de los niños y las niñas, elaborando una propuesta pedagógica donde se reconocen los beneficios de la metodología lúdica creativa, a partir del Diseño Universal del Aprendizaje (DUA), brindando un apoyo fundamental en la situación que vivimos actualmente y que respondiera a las necesidades educativas y sociales actuales, donde se implementaron estrategias basadas en el DUA. El cuál permitió realizar aportes para el diseño de un currículo flexible y pertinente que potencializó la adaptación de materiales didácticos, herramientas pedagógicas y recursos para el aprendizaje. Se propuso entonces a partir de este, hacer aportes innovadores y estratégicos a la manera en cómo se viene trabajando desde los diferentes escenarios educativos, buscando dar respuesta a las diferentes problemáticas que se han presentado por motivo de la pandemia, la cual tiene repercusiones a nivel emocional en nuestros niños. Este proyecto puesto en práctica permitió no sólo que el estudiante experimentara el interés y la preocupación de sus padres, sino la focalización de su atención como medio para reafirmar aspectos importantes de su personalidad, como lo son: el autoconcepto, la autoestima y la confianza, estos como factores necesarios para enfrentar con éxito los retos que se impondrán en un futuro no muy lejano. Para la psicología educativa este contacto corporal y la calidez en las relaciones padres e hijos, se traduce en mayores probabilidades para garantizar el crecimiento emocional, físico y mental, es decir, potenciar su bienestar de modo que logre integrarse y participar activamente en los retos cotidianos.